“Al adquirir un aparato de aire acondicionado tenemos que asegurarnos de su eficiencia ya que a la larga es posible ahorrar hasta un 60% en electricidad”, afirma Mónica Crespo, Product Manager HVAC en Haier Iberia, S.A. Pero también hay ciertos trucos que son fundamentales para hacer un uso correcto del aire acondicionado en casa y en la oficina y que los usuarios deben tener muy en cuenta: potencia, temperatura, tiempo y frigorías.
Regula la temperatura. Se debe estar cómodo y es importante saber que 25º son suficientes para una sensación de confort óptima. Según el Ministerio de Industria por cada grado de menos que se ponga en el termostato aumentará el consumo eléctrico en un 8%.
Mantener los filtros de aire siempre limpios y el motor funcionará en mejores condiciones. Solo usar agua y jabón y secarlos bien una vez al mes en la temporada estival.
Minimizar el impacto del calor en el hogar. Ventilar por la noche o por la mañana y se refrescará el ambiente. El resto del día, mantener la casa en penumbra y al salir apagar el aire un poco antes.
Escuchar a los expertos en climatización para elegir la potencia, las frigorías, del aparato. Irán en función del tamaño de la estancia y su orientación.
Para una mayor eficiencia, el aparato se debe instalar en un lugar alejado de la luz directa del sol y con una buena ventilación.
La regla de oro. Mientras funciona el aire mantener puertas y ventanas de la habitación cerradas. Si se instala toldos en las ventanas orientadas al sol y se cierran cortinas y persianas durante las horas de Sol, se ahorrará hasta un 30% en el consumo de energía.
Poner el aire a tope al principio sólo gasta más energía. Es mejor mantener desde el principio la misma temperatura (25ºC).
La mayoría de equipos hoy ya funcionan con tecnología Inverter y ajustan en cada momento el caudal de aire frío más adecuado, sin los arranques y paradas del compresor de otros aparatos antiguos que consumen hasta un 70% más.
Usa el aire acondicionado de forma racional, no sólo por lo que supone en la factura de la luz, sino también por el efecto de las emisiones de gases contaminantes en la atmósfera.