Los autores Víctor Gaceta y Rubén Cubillas, en el blog de la Fundación para la Eficiencia Energética, explican las conclusiones obtenidas de la encuesta realizada por el Club de la Energía. En Smart Lighting Home reproducimos el resultado de esta encuesta por su interés, y agradecemos de antemano a este blog el interesante artículo que ofrecen.
En la última encuesta realizada por el Club de la Energía invitamos a todos nuestros socios a indicarnos los hábitos llevados a cabo en casa para fomentar el uso de la eficiencia energética en las acciones cotidianas.
Por ello, se realizaron 5 preguntas que versaron sobre como utilizan las persianas, la cocina o la ventilación de la vivienda. La primera de las cuestiones planteadas es muy genérica y con ella se pretende conocer si nuestros encuestados se consideran a sí mismos como eficientes energéticamente:

Como se puede observar en el gráfico anterior, la mayoría de los encuestados, un 65,5 % ha indicado que por lo menos intenta aplicar hábitos de eficiencia energética. Un 27,6 % asegura que siempre aplica este tipo de hábitos en la vivienda, un 6,9 % desconoce cuáles son estos hábitos y por último, ninguno de los encuestados indica que nunca aplica estos hábitos. A lo largo de las siguientes preguntas veremos si nuestros encuestados son tan eficientes como creen o si por el contrario se trata de una percepción.
Entrando ya en materia, la primera pregunta que se planteó a nuestros encuestados fue referente al tiempo que dejaban abiertas las ventanas para la ventilación de la vivienda. Los resultados muestran que el 65,5 % indican que ventilan la casa durante treinta minutos o menos al día, un 20,7 % indica que los hace entre treinta y sesenta minutos, tan sólo un 3,4 % indica ventilar durante más de una hora y por último un 10,3 % indica que no ventila la casa todos los días.

A la vista de los resultados obtenidos merece la pena indicar que siempre es muy recomendable realizar procesos de ventilación de las habitaciones para regenerar el aire interior y evitar de esta forma tanto excesos como defectos en la cantidad humedad, con todo lo que ello conlleva. Según los expertos el tiempo durante el que tendríamos que ventilar la casa diariamente no debería superar los diez minutos para evitar el gasto de energía que supone volver a calentar todo el aire de la vivienda. En la siguiente pregunta planteada tratábamos el tema de la utilización de las persianas. Para ello lanzábamos la pregunta de cómo son utilizadas en la vivienda. Los resultados se pueden observar en la siguiente gráfica:

Se puede observar como una gran mayoría de nuestros encuestados se ha decantado por la respuesta de subir y bajar las persianas en función de la hora del día y la época del año, con prácticamente un 83 %. Otro 10,3 % indica que mantiene las persianas a media altura durante todo el día, un 6,9 % dice mantenerlas siempre altas para dar mayor luminosidad a las habitaciones y ninguno de los encuestados ha indicado tenerlas siempre bajadas para evitar miradas indiscretas.
Como apunte a esta pregunta, simplemente indicar que la mayoría de los encuestados han elegido la respuesta correcta, ya que desde el punto de vista de la eficiencia energética hay que actuar con las persianas dependiendo de las condiciones climáticas. Esto quiere decir que en invierno es recomendable tener las persianas subidas cuándo el sol índice directamente en la ventana para aprovechar tanto la luz como la radiación solar que ayudará a calentar la ventana, mientras que se recomienda bajarlas por la noche para evitar perder el calor a través de las ventanas. En cambio, en verano las recomendaciones serían las contrarias para evitar que se caliente la casa.
Indicar también que además de las persianas, el uso de cortinas y sobretodo de toldos ayudarán a reducir el calentamiento de la vivienda en verano, ahorrando mucha energía a la hora de enfriar la vivienda con el aire acondicionado.
La cuarta cuestión que lanzábamos hacía referencia a la utilización de la cocina. Antes de pasar a los resultados hay que indicar, para quien lo desconozca, que el calor residual es la energía que está generando la cocina aún después de su apagado, y que está causado por el calor que desprende la cocina hasta que se enfría. El 58,6 % de los encuestados ha indicado que intenta aprovechar el calor residual a la hora de cocinar, el 17,2 % ha indicado que no lo hace por disponer de una cocina de inducción, el 13,8 % indica no aprovechar el calor residual por disponer de cocina de gas y el 10,3 % indica que no lo aprovecha por dispones de una cocina vitrocerámica convencional.

Analizando estos resultados hay que indicar que lo primero que hay que hacer es diferenciar entre los distintos tipos de cocinas, ya que por sus características, la utilización de las mismas varía ligeramente. En las cocinas de gas y las de inducción el calor residual es prácticamente inexistente, la primera por utilizar una llama y la segunda por no ser un foco de calor, por lo que no existe la posibilidad real de aprovechar este calor. En cambio, si disponemos de placas vitrocerámicas convencionales sí que se puede aprovechar este calor residual, ya que una vez apagada la cocina, el fogón permanece caliente durante varios minutos hasta que se enfría definitivamente. El consejo de ahorro que sí que podemos aplicar a todo tipo de cocinas es la utilización de las tapaderas mientras se están cocinando los alimentos, ya que de esta forma evitamos que el calor se desperdicie y podremos ahorrar hasta un 25 % de energía.
Y si estamos pensando en sustituir la cocina por una eléctrica, siempre es recomendable optar por las cocinas de inducción, ya que pese a ser más caras suponen un gran ahorro energético por su capacidad de calentar únicamente la superficie de contacto con el recipiente y no desperdiciar energía en calor vertido al ambiente.
Por último, nuestra encuesta finalizaba con una pregunta sobre el uso de las bombillas y los aparatos electrónicos que tenemos siempre conectados a la luz. De esta forma, el 72,4 % de los encuestados ha indicado que siempre que abandona una habitación apaga las bombillas y los aparatos, un 13,8 % ha indicado que no lo hace si tiene que volver a entrar en la habitación en cortos períodos de tiempo, un 10,3 % indica que no apaga las bombillas si se trata de tubos fluorescentes por el mayor consumo de estos en el momento de encenderse y un 3,4 % indica que no apaga las luces ni los aparatos cuándo sale de la habitación porque consumen poca electricidad.

En este punto es necesario aclarar primero algunos conceptos:
- En referencia a las bombillas, el gasto energético variará enormemente en función del tipo de bombillas que estemos utilizando, ya que la diferencia entre la tecnología LED y las convencionales es abismal.
- En cuanto a los aparatos electrónicos, es importante hablar sobre el ‘modo en espera’ o ‘standby’. Este modo es el que se activa cuándo apagamos cualquiera de nuestros aparatos electrónicos (TV, Equipo de música, DVD…) y que suele estar representado por una luz de color rojo. En este modo el aparato se encuentra aparentemente apagado, pero está consumiendo hasta un 15 % de la potencia del aparato, simplemente por estar disponible para funcionar.
Con estas consideraciones hay que indicar que, como marca el sentido común, lo más indicado es apagar siempre tanto las bombillas como los aparatos una vez abandonamos la habitación. Para combatir el consumo del modo en espera es muy recomendable la utilización de regletas de luz con múltiples enchufes que dispongan de interruptor para poder desconectar todos los equipos de la luz. En cuanto a las bombillas es cierto que el consumo del LED durante unos minutos supone un gasto ínfimo, pero en este punto hay que mirar por el bien de nuestro planeta y es que vatio a vatio se puede ahorrar mucha energía, lo que supone evitar contaminación. Como dato curioso hay que desmitificar la creencia del gran consumo de los tubos fluorescentes, ya que pese a ser cierto que consumen hasta cinco veces más cuándo se encienden, este efecto dura apenas un par de segundos, por lo que si abandonamos la estancia durante más veinte segundos ya estaríamos ahorrando energía al apagar los tubos. Como conclusiones finales simplemente indicar que en general las respuestas de los encuestados han ido por la línea correcta, por lo que podríamos decir que cada vez somos más conscientes de la necesidad de ser eficientes energéticamente. Como indicación final simplemente indicar que la mejor medida de ahorro energético es el menos común de los sentidos, el sentido común.
Fuente: Fundación para la Eficiencia Energética