Los sistemas de control para calderas y circuitos de calefacción permiten adaptar la temperatura de la vivienda a nuestras necesidades. Pero, ¿por qué son tan importantes?
El primer motivo es funcional, ya que controlar la temperatura garantiza un mayor confort en el hogar; el segundo motivo es económico, porque, al regular correctamente nuestra calefacción, también estamos ahorrando energía y, por lo tanto, dinero.
Por otra parte, piensa que las necesidades de climatización en el hogar no son constantes a lo largo del año ni del día, y que la temperatura del exterior varía en cuestión de horas. Además, la temperatura que necesitamos en cada estancia puede depender de su uso.
Actualmente existen varios tipos de sistemas de regulación para nuestra caldera. Uno de los más beneficiosos es el conocido como “control modulante”.
¿Qué es el control modulante?
Los termostatos modulantes modulan el rendimiento de la caldera en función de una serie de parámetros como la temperatura ambiente o la previsión de cambios climatológicos en el exterior.
Las calderas con control modulante trabajan a una mayor potencia cuando tienen un margen más elevado para alcanzar la temperatura deseada (aunque sin llegar necesariamente a su máxima potencia) y la van reduciendo paulatinamente conforme se acerca a la temperatura marcada.
El control modulante permite a las calderas hacer esta regulación de manera automática, por lo que el confort y el ahorro están asegurados. De hecho, se calcula que con los termostatos modulantes podemos ahorrar hasta un 10% adicional en calefacción si lo comparamos con otros sistemas de control y gestión.
Este es uno de los motivos por los que los termostatos modulantes son obligatorios para regular el funcionamiento de las calderas de condensación en edificios y viviendas de nueva construcción.
¿Cuál es la diferencia entre los termostatos modulantes y los convencionales?
La principal diferencia entre los termostatos con control modulante y los termostatos tradicionales es que los segundos no permiten que la caldera module. Esto quiere decir que la caldera funciona prácticamente al máximo de potencia hasta que se alcanza la temperatura deseada.
Después, aunque la caldera se para, la temperatura de las estancias sigue subiendo, con la consiguiente sensación de calor.
Además, para que la caldera vuelva a conectarse, es necesario que la temperatura de la estancia baje demasiado, con la consiguiente sensación de frío.
Beneficios de las calderas con control modulante
El control modulante permite gestionar tanto la producción de ACS como la calefacción en la vivienda.
Cuanto mayor sea el valor de la modulación, mayor será el rendimiento de la calefacción y el confort que se obtendrá en el servicio de agua caliente. Y es que, aunque muchos edificios tienen un buen aislamiento térmico que reduce la potencia media demandada para la calefacción, la necesidad de agua caliente sanitaria sigue siendo elevada en los hogares.
Esta es la causa por la que, para cubrir ambos servicios de manera eficiente, las calderas requieren rangos de modulación cada vez más altos.
Respecto a las ventajas del control modulante, destacamos:
Ahorro en calefacción
La modulación de la calefacción permite que la caldera trabaje durante más tiempo en potencia mínima, sin realizar constantes apagados y encendidos. De esta forma, su potencia se ajusta al máximo a la demanda energética de la vivienda en cada momento, mejorando la eficiencia.
Control de la temperatura del ACS
Una alta modulación en la producción de ACS permite que la caldera pueda mantener la temperatura de salida del agua caliente independientemente del caudal. Esto se traduce en una mayor sensación de confort.
Adaptación a energías renovables
Las calderas con control modulante se adaptan fácilmente a los sistemas con aportes de energías renovables. Esto es interesante si queremos conectar nuestra caldera a una instalación de energía renovable (por ejemplo unas placas solares o una bomba de calor) para el precalentamiento del sistema de calefacción o la producción de ACS.
Reducción de ruidos
Puesto que las calderas con control modulante pueden trabajar con valores de potencia bajos, es posible disminuir los caudales de agua en la instalación. Esto, a su vez, reduce los ruidos propios del funcionamiento de la caldera y de la calefacción. De hecho, en los periodos en que la caldera trabaja a baja potencia (que son la mayoría) su nivel sonoro es prácticamente inapreciable.
Aumento de la vida útil
Las calderas realizan su máximo esfuerzo en los momentos de arranque, cuando todos sus elementos sufren una variación brusca de su estado. Debido a estos picos de estrés, las calderas que están continuamente reiniciando su ciclo de encendido tienden a estropearse antes. Por el contrario, en las calderas con control modulante estos ciclos se reducen notablemente, por lo que la vida útil del equipo y de sus componentes suele ser más alta.
Imagen: Junkers