El consumo de energía en el hogar preocupa cada vez más a los ciudadanos en España. Por ejemplo, por las recurrentes subidas de los recibos afectan a la economía familiar. Por ello, cada vez con más frecuencia surge la alternativa de construir viviendas de madera, un material aislante, que mantiene la casa fresca en verano y templada en invierno.
Las alternativas energéticas que nos permitan ahorrar en el hogar merecen ser consideradas, ya que las subidas en los recibos afectan a la economía. Además, la sobreexplotación de los recursos naturales, en un sistema energético basado en los combustibles fósiles, resulta incoherente con los valores de las personas concienciadas con el medio ambiente.
Estas alternativas en la construcción de viviendas, en las que destaca el uso de la madera, disminuyen sustancialmente el consumo de energía necesaria para calentar la casa, con materiales de altas calidades, buenos aislamientos, ventanas altamente eficientes, y teniendo en cuenta criterios arquitectónicos para aprovechar la energía natural.
La madera tiene la capacidad de absorber la humedad dentro de la casa y devolverla gradualmente. Por tanto, ‘es una ventaja térmica de la madera en primavera y otoño’. Se absorbe la energía solar y se almacena en las paredes. Por la noche se restablece gradualmente el calor del día. Así se ahorra energía.
Más económicas
Las casas de madera son opciones de viviendas más ecológicas y económicas que las de ladrillo y hormigón tradicional. La madera, no sólo es parte de la naturaleza, sino que su utilización es beneficiosa para el medio ambiente. Materiales naturales, no derivados del petróleo, reciclables y biodegradables, son los que conforman este tipo de viviendas, que también son consideradas ‘ecológicas’.
A la hora del uso de la madera para su construcción, estas vienen certificadas y provienen de tala responsable: los fabricantes plantan nuevos árboles por cada uno que talan. Para ellos es clave mantener este equilibrio.
Además, la construcción en madera necesita de menos energía, supone un menor impacto ambiental y menor huella de carbono que las convencionales: la madera es un sumidero de CO2.
Existen ciertos tipos de casas de madera hoy en día:
– De troncos: Se construye o monta directamente sobre la parcela y se utilizan troncos que le dan un aspecto final característico. Este sistema tiene a favor que el grosor de la madera actúa como un estupendo regulador de la humedad y la temperatura interiores. Se pueden emplear troncos cuadrados, que encajan mejor.
– De entramado pesado: Son estructuras algo más complejas; se hacen ensamblajes entre las vigas de madera y esto permite montar grandes cristaleras.
– De entramado ligero: Es el estilo más empleado y el que se usa en las casas canadienses. Se utilizan gran cantidad de elementos pequeños que facilitan la modulación, la intercambiabilidad y la prefabricación.
– Móviles: Son casas montadas en fábrica y transportadas en piezas muy grandes hasta la ubicación definitiva. Dependiendo del tamaño final de la casa pueden ser una o varias piezas. Los paramentos pueden ser tanto en madera vista como en otro tipo de recubrimientos.
¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes?
La madera no es un puente térmico, sino un aislante, por lo que mantiene la casa fresca en verano y templada en invierno (esto supone mayor eficiencia energética, hasta poder llegar a la certificación A). Se calcula un ahorro de entre un 50% a un 60% al año en calefacción y aire acondicionado.
En el caso de las casas canadienses, las paredes incluyen un material que además de aislar del ruido exterior, también ayudan a mantener la temperatura: puede ser lana de roca, lana de oveja, algodón reciclado… todos ellos materiales ecológicos, con 0 derivados del petróleo.
Por otro lado, hay que asegurarse siempre de que el material esté en perfecto estado, es decir, hay que tener cuidado con maderas demasiado húmedas que puedan contener algo de podredumbre.
Algunos insectos, como las termitas o escarabajos del polvo, pueden provocar daños agujereando la madera, por lo que limitaría la vida de tu casa, o haría necesario una reforma.
En cuanto al mantenimiento, una casa de madera debe ser revisada cada cierto tiempo, ya que puede necesitar pintura exterior, sellado de huecos, etc.
Mitos que hay que desmentir
Mientras que algunas de las tan admiradas y sólidas casas de hormigón están listas para derruir después de 40 años, en países del norte de Europa encontramos casas de madera habitadas después de 200 años de vida.
Lo que origina comúnmente un incendio en una vivienda es el interior: una colilla mal apagada, o un cortocircuito, y lo que se quema son los enseres del interior, por lo que el riesgo de incendio es el mismo. Si no se apaga pronto, la madera se quema pero muy lentamente. Lo peor es que quede reducida a cenizas si no se apaga con rapidez, pero en una casa de hormigón las altas temperaturas provocan grietas, por lo que también puede ser que toque derribar la vivienda.
Fuente e imagen: Comunicae